Nos enfrentamos a un local con una estética neoyorquina de la época, en el que predominaba el DIY y los “RAW materials”, frente a nueva generación que busca lo nuevo, lo fresco y lo impactante.
Creemos en la belleza del desnudo. Un concepto de local sincero y transparente. Como Bofill en la muralla roja, un gran lienzo en rosa lleno de matices, en el que todos los materiales quedan a simple vista. Un local sencillo, sin artificios ni pretensiones.
Macera fue transgresor en su época y queremos que vuelva a serlo. Un concepto arriesgado como si de un “New Memphis” se tratara, “Rosa y Rojo puñetazo en el ojo”. Nos gustan las combinaciones imposibles. Y sí, se nos ha volcado el carmín por todo el local.